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La pregunta no se escuchó,
quedó
simplemente fondeada,
encarcelada y perdida,
entre callejones y silencios,
en suerte de esquinas.
Un movimiento se desparrama azul,
orejas de fría estación/ en las sombras del lapacho,
picoteadas en el ancho de la unción del día
con el paredón.
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el viento/ en la rayuela inmadura
que disipa el estar muertos,
el estar resfriados, el frío/
pensamiento de entierro y desentierro,
(los dos al mismo tiempo).
Un movimiento se desparrama azul,
en la noche azul y negra.
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hay en esto lo que hay en el que mira sin pasión:
nombres descarriados sangrando en el papel.
Y yo esperé,
esperé quizas un sinnúmero de
banalidades/
Regadío de sombras que todo lo disuelven,
que todo lo absorven para su gusto y que
por suerte refulgen.
Refulgen el calor/ refulgen los engranajes de este motor que és la noche
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esclavo/
entre una mirada y otra
de la infancia
reinando/
entre las sombras humanas
de una multitúd diáfana
en que la vida milenaria
se nos escarcha
© Federico Bejarano 2009
Dibujo: © José Bejarano
Excelentes metáforas para muy buenos poemas.
ResponderEliminarSaludos Gus.